miércoles, 16 de febrero de 2011

Suprimir la Racionalización

La mayoría de las veces que cometemos un error, se nos hace sumamente difícil aceptarlo,  ya que en nuestra cabeza solemos imaginar que somos perfectos y no podemos equivocarnos, olvidando la importancia que tiene el error en la vida. Una de las formas que hemos adoptado para cubrir nuestros desaciertos es la racionalización.


 La racionalización, según el psicoanálisis freudiano, es un mecanismo de defensa en el cual tratamos de justificar nuestros errores; se trata de dar una explicación lógica del porque de una acción en un momento determinado, con la finalidad de eliminar nuestro sentimiento de culpa por la equivocación cometida. Entre muchos ejemplos podemos citar los siguientes: 

Un muchacho asegura que salió mal en un parcial debido a que el profesor coloco preguntas sumamente difíciles; el chico de esta forma se siente bien consigo mismo, ya que elimina en su psique la culpabilidad por no haberse preparado para la evaluación, y justifica el porqué reprobó dicha prueba.


Una chica afirma que tuvo una aventura con un desconocido porque estaba pasada de copas; de esta forma la joven se libra de ser juzgada por la sociedad, y elimina de su mente el hecho de que ella tiene necesidades sexuales y realmente quería acostarse con el sujeto, manteniendo así la imagen pura y casta de su persona.

Muchas veces recorremos a la racionalización inconscientemente, sin percatarnos de lo que esta sucediendo; es tan grande el miedo a cometer un error, que nosotros mismos empezamos a creer en esas historias fantasiosas en la cual factores externos impidieron que las cosas se dieran de forma correcta, impidiendo así, la aceptación de nuestras fallas y la mejoría propia que buscamos cada día.

El mentirnos a nosotros mismos es sumamente grave para nuestra salud mental, ya que llegara un punto en el cual no nos conoceremos a nosotros mismos y viviremos tan disociados a la realidad, que puede que suframos de alguna enfermedad como la neurosis o la histeria, entre muchas otras. Aparte que la sociedad tratara de alejarnos calificándonos como personas irresponsables, mentirosas y de poca confianza.


Si no aceptamos nuestros errores, los seguiremos cometiendo cotidianamente, y jamás aprenderemos las lecciones para alcanzar la evolución. Olvidamos que uno de los mejores canales existentes para obtener nuevos conocimientos y almacenar información en nuestro cerebro es el método de ensayo y error, en el cual a medida que cometemos fallas, aprendemos que no debemos hacer para llegar a la meta planteada, hasta que llega un momento en el cual no existe la inexactitud y logramos lo que queremos.

Por esta razón, los invito a que cada vez que fallemos en una situación determinada, en vez de empezar a preguntarnos que pudo haber salido mal, cuestionemos a nuestro propio yo ¿en qué me equivoque? Y una vez obtenida la respuesta, trabajemos arduamente en eliminar estos errores hasta no cometerlos de nuevo, como dice un dicho muy famoso “la práctica hace al maestro”.

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