lunes, 28 de marzo de 2011

Elegir a un Confidente


¿Se puede mantener un secreto? Es la gran pregunta que se hacen muchas personas cuando le dan confianza a otras y deciden compartir información personal intima; el ser humano, en su naturaleza, es comunicativo, tiene la necesidad de expresar sus pensamientos, vivencias y creencias con los demás de su especie, por esta razón a veces es muy difícil conservar algo solo para nosotros.


Si investigamos un poco acerca del significado de la palabra secreto, encontramos definiciones como “es información confidencial que es compartida por un pequeño grupo y escondida de los demás”, la mayoría de las veces los mensajes que se mantienen ocultos de la sociedad en general podrían dañar a una persona de distintas formas, su integridad física y psicología, o destruir su imagen en el mundo exterior.

Solemos confiar nuestros secretos a personas que nos han demostrado una amistad incondicional, que pensamos que jamás nos traicionaran y siempre colocaran las manos en el fuego por nosotros; otras veces, nuestros confidentes resultan ser nuestros padres, o familiares que se han ganado nuestro respeto, admiración y compañerismo; siempre se repite un patrón cuando elegimos quien será nuestro baúl de secretos, y es el nivel de confianza que esta persona nos genera.


Confianza en la psicología social, es la opinión que tenemos de otro individuo con respecto a su forma de actuar positiva y correcta en un determinado momento a futuro, por lo general, esta se construye gracias a las acciones pasadas de la persona en cuestión. El gran problema aquí, es que olvidamos que los confidentes también le tienen la misma confianza a terceros, los cuales son excelentes candidatos para que llegue la información.

Claro, esto no cumple en todos los casos, pero ¿Cómo saber que nuestro baúl de secretos no se abrirá en un futuro con su propio confidente? Hay que ser bastantes precavidos a la hora de la selección, que una persona le cuente a otra un secreto personal no significa que sea malvada, o una mala amistad, solo que su necesidad de comunicar información es bastante alta, probablemente los detalles íntimos de su propia vida los conocen muchas personas, así que si ellos no guardan su propio secreto ¿Cómo esperamos que guarden los nuestros?


No debemos confundir amistad con confidente, una persona puede estar en las buenas y en las malas con nosotros, darnos su apoyo incondicional en situaciones difíciles y reírse con nosotros en los buenos tiempos, pero eso no significa que sea un candidato para guardar secretos; por lo tanto, no es bueno guiarnos por este sentimiento de fraternidad, y tampoco juzgar a esta persona de mala amiga, simplemente porque no guardo la información, recuerden, comunicar es una necesidad nata del ser humano, y hay personas que lo necesitan más que otras.

En mi opinión, el confidente debe ser una persona bastante introspectiva, que no sienta esa necesidad alta de comunicar información personal a los demás ya que aprendió a comunicarse consigo mismo, que sepa controlar los impulsos de gritar al mundo externo todos sus conocimientos, no importa que esa persona no nos cuente a nosotros sus vivencias intimas o de los demás, no significa que no tenga confianza, al contrario, sabe guardar secretos.

Si no conocemos a alguien con estas características, siempre estará un Terapeuta dispuesto a escucharnos, su formación profesional y ética lo enseñan a guardar para sí mismo toda la información personal de los demás.


También existe otra opción, en mi opinión la mejor de todas, aprender a hablar con uno mismo; no existe mejor oyente que nuestro YO, estará siempre ahí cuando tengamos esas inmensas ganas de compartir nuestras experiencias y nos entenderá mejor que nadie.

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