jueves, 24 de marzo de 2011

La Ley de Ohm y la Psicologia Humana


El físico alemán Georg Ohm aporto una de las leyes más importantes en la teoría de la electricidad, la cual afirma que la corriente (I) que circula por un conductor eléctrico es directamente proporcional a la tensión (V) e inversamente proporcional a la resistencia (R) siempre y cuando su temperatura se mantenga constante; matemáticamente viene representada por la siguiente fórmula: I = V / R.


Para entender un poco más esta fórmula, se deben definir ciertos conceptos, comencemos con el de corriente, seguidamente el de tensión y por último el de resistencia; la corriente eléctrica es la rapidez a la cual fluye una carga eléctrica a través de una superficie; la tensión se define como el cambio de energía potencial en un sistema al mover una carga entre dos puntos; la resistencia de un objeto es la medida de oposición en cuanto al paso de corriente en una superficie.

Sabiendo esto, podemos establecer una analogía con el comportamiento de las personas y ver como esta ley de la electricidad es aplicable a la psicología humana; imaginemos lo siguiente: la tensión viene siendo el deseo del individuo, lo que necesita cumplir, lo que aspira para ser feliz; la corriente es la capacidad que tiene una persona en realizar sus deseos, en alcanzar sus metas; la resistencia viene siendo lo que en psicoanálisis se conoce como el superyó, son los pensamientos morales y éticos recibidos por la cultura, las reglas establecidas en la sociedad donde el individuo se desarrolla.


Si nos vamos a la formula “I = V / R”, observamos que la capacidad de realizar un acción es igual al deseo entre la conciencia moral que el individuo posea; si no existe en nuestra psique reglas morales que nos limiten a llevar a cabo una acción, la capacidad de satisfacer este deseo será infinito; mientras que, si la ética establecida por la sociedad es muy alta y está en contra a nuestro deseo, su capacidad de realización será nula.

Esto nos demuestra que es sumamente probable que el individuo sea una persona depresiva si la sociedad constantemente lo juzga por sus deseos y prohíbe que el mismo se auto realice; es impresionante como la conciencia moral influye en el ser humano, le genera prejuicios difíciles de romper y lo lleva a tener una conducta automatizada y sin originalidad.

Estas mismas prohibiciones, pintadas con un mensaje que promete “una convivencia armoniosa entre distintas personas” tienen un trasfondo oscuro, que lejos que garantizar una relación tolerante y llena de entendimiento, lo que buscan es el autoritarismo de un pequeño grupo de personas sobre las masas, estableciendo sus propias reglas para tener el poder sobre los demás.


Por su misma finalidad, frustran los deseos de realización de las personas, generando las famosas neurosis e histerias que atentan contra la salud mental de cada individuo; la única regla que debe existir es el respeto a la forma de pensar y ser de cada humano para que de esta forma se conserve la integridad física y psicológica de cada quien; cuando la sociedad entienda esto, alcanzaremos lo más cercano a lo que los religiosos llaman el paraíso.

Fíjense que haciendo un despegue de la Ley de Ohm, tenemos que “R = V / I”, si lo llevamos a la analogía antes mencionada, si nuestra capacidad de realizar nuestros deseos es infinita, la supuesta moral impuesta por la sociedad será nula, y esto es lo que nos tenemos que plantear. Cuando queramos hacer realidad un sueño, coloquemos todas nuestras fuerzas para lograrlo, de esta forma seremos felices y no estaremos propensos a sufrir una enfermedad mental.

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