Es muy difícil saber cuando las
cosas van a ocurrir, que nos depara el mañana. Si bien es cierto, podemos tener
una planificación y tratar de cumplirla a la perfección, pero el universo es
tan dinámico que muy pocas veces los sucesos van de acuerdo a los planes que
tenemos, eso si, no hay que contradecir una frase que dice “lo mejor es lo que
pasa”.
Muchas veces dejamos de vivir
momentos únicos por miedo al que sucederá mañana; tememos el entregarnos a
alguien o en trabajar por un sueño ya que creemos que todo acabara muy rápido,
y para evitar salir heridos, nos quedamos sentados y contemplamos como el aire
se lleva esos anhelos que están dentro de nuestra mente y corazón.
Debemos arriesgarnos a vivir
todo, como si hoy fuese nuestro ultimo día, ya que riamos o lloremos mañana,
esa experiencia es enriquecedora para nuestro crecimiento tanto terrenal como
espiritual; pienso que es mejor decir “hubo una época de mi vida en la que fui
el hombre más feliz del mundo” a otra que diga “viví una vida sin felicidad y
tristeza”.
Además, cuando realmente deseamos
algo, el destino se encargara de trazar el camino para hacer nuestros sueños
realidad, quizás no sea un camino con piso de mármol y rosas en los alrededores
como nos imaginamos, es probable que sea un puente que esta por caerse con
leones hambrientos en el fondo, pero lo cierto es, que al final, se encuentra
nuestro sueño, hecho realidad.
Sentir miedo es una buena señal,
es importante tener eso presente, debemos interpretar el miedo como una premonición,
de que algo grande va a ocurrir en nuestras vidas y debemos estar preparados
para abrazar ese cambio. Miedo se genera cuando hay ansiedad, y esta no es más
que una respuesta emocional a situaciones poco adaptativas; ampliemos nuestra
mente, el mundo no es cuadrado, es una gamma de formas y colores que si las observamos
bien, a pesar de complejas, son hermosas.
El momento en el cual dejemos a
un lado las inseguridades a un lado, comprendamos que el miedo es un indicativo
de que debemos adaptarnos a una situación diferente y confiemos un poco más en nuestro
amigo el universo, justo ahí, empezaremos a disfrutar cada situación que se nos
presenta en la vida, sea positiva o negativa, nos dejara una gran enseñanza la
cual nos permitirá alcanzar más luz y evolucionar.
En vez de preguntar por el
mañana, preguntemos por el ahora, trabajemos duramente en el hoy, pintemos una
sonrisa en la cara y disfrutemos de todos esos momentos que la vida nos está
regalando, seamos optimistas y positivos, creamos firmemente en nuestros sueños
y a pesar de que parezca que jamás los lograremos, no perdamos la fe en el
universo y en nosotros mismos.
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